Migrar camino de sueños, desafíos y realidades

Hace unos días, aquí en Alemania, ocurrió algo profundamente triste: un hombre migrante atacó a personas inocentes, causando la pérdida de dos vidas, un adulto y un niño. Esta tragedia conmocionó a muchos, incluyéndome. Como mujer migrante, este tipo de noticias me llenan de dolor y confusión.

Por otro lado, he estado siguiendo lo que ocurre en Estados Unidos con los migrantes indocumentados, y el corazón se me encoge. Estas situaciones me invitan a reflexionar sobre mi propia experiencia, el privilegio de tener una familia alemana que me sostiene, y el enorme reto que enfrentan quienes migran en soledad.

El desafío de migrar: nuevos comienzos, grandes retos

Migrar no es una decisión sencilla. Requiere dejar atrás un idioma familiar, una cultura propia, e incluso la posibilidad de contar con un sistema de apoyo. Encontrar amistades, adaptarse a nuevas formas de ser y vivir en un entorno desconocido son retos que no todos enfrentan de la misma manera.

Aquellos que migran en soledad llevan una carga emocional y física inmensa. Y aunque mi experiencia ha sido distinta, con el amor y apoyo de mi familia alemana, sé que muchos no tienen esa fortuna. Migrar puede ser una experiencia profundamente solitaria.

El dolor de las pérdidas y la esperanza de mejorar

Como madre, no puedo evitar empatizar con el dolor de perder un hijo, especialmente en circunstancias violentas. Entiendo el miedo y el enojo hacia lo desconocido, hacia «el otro». Sin embargo, también reconozco que quienes deciden dejar su país no lo hacen por capricho. Nadie abandona una vida estable, un sistema de salud y seguridad social por gusto. La migración surge del anhelo de una vida mejor, incluso sabiendo los riesgos.

Es cierto que hay personas que lastiman y delinquen, pero esto no es sinónimo de ser migrante. La migración enriquece nuestras sociedades. Gracias a ella, disfrutamos de restaurantes italianos, productos asiáticos, alfombras persas y perfumes franceses. Vivimos en comunidades diversas que nos ofrecen nuevas perspectivas y oportunidades de aprendizaje.

¿Cómo podemos ayudar?

Si tienes migrantes cerca, recuerda:

  • Respeto: No conoces los motivos por los que dejaron su hogar.
  • Evita juzgar: Cada historia es única.
  • Llama a las personas por su nombre: No «la peruana» «la mexica» o «el venezolano»; todos agradecemos ser reconocidos por nuestra identidad.

Si tienes la posibilidad de ayudar en tu país de origen, hazlo apoyando al comercio local: la bodega, el pequeño café, la señora del menú, o quien repara calzado. Son pequeñas acciones que generan un gran impacto. Nuestro mundo será mas hermoso cuando veamos las diferencias como oportunidades y apostemos por ayudarnos unos a otros

Un mensaje desde el corazón

El 11 de febrero regresamos con nuevos episodios en el podcast. Nuestra comunidad sigue creciendo, y eso me llena de motivación. He decidido compartir mi historia de vida contigo muy pronto, porque siento que te lo debo. Suscríbete y disfruta de cada episodio, creado con mucho amor para ti.

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